Por grande que sea, llena de esto tu corazón, y
cuando, penetrada de tal sentimiento, seas feliz, nómbralo entonces como
quieras, llámale Felicidad, Corazón, Amor, Dios. Para ello no tengo nombre; el
sentimiento es todo. El nombre no es más que ruido y humo que ofusca la lumbre
del cielo.
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