A veces me vienen recuerdos,
recuerdos sobretodo que me producen nostalgia al recordar determinados momentos de mi vida en los que no
me gustaría verme implicada de nuevo. Sé que ahora todo va bien pero al
recapitular estas situaciones o circunstancias aún me producen pesadumbre o melancolía e incluso cambia radicalmente mi estado de ánimo. Percibo
también cierta astilla clavada que me lastima y que nunca podrá desvanecerse ya
que la herida está hecha y aún es notable la bregadura. Inevitable no rememorar
aquella sensación de abandono y añoranza que ya no me hiere pero aún así insiste. Esa impresión de vivir en un cuerpo inerte,
inactivo, ineficaz, incapaz de reaccionar.
Esa premonición de que no será la última vez que me ocurra, volver a sufrir por
algo que ya nunca más podría ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario